viernes, 11 de marzo de 2016

DESASTRE EN LA ZONA CENTRO POR SURADA.

Florencio González Peña.
Huatusco, Ver.- Fue hasta la tarde de este viernes cuando el personal de la empresa que mantiene el monopolio de la internet y la telefonía fija terminó de conectar la red de fibra óptica dañada por la caída de árboles durante la surada del pasado miércoles.

La ciudad de Huatusco quedó
sin internet y la telefonía celular inservible, recuperándose lentamente, el flujo de energía eléctrica también se vio afectado severamente en diferentes puntos de la región ocasionando que el párroco de Cristo Rey celebrara su homilía la tarde del miércoles en penumbras, con la luz del cirio Pascual.


Lo más lamentable fue la perdida de vidas humanas y los más de cinco lesionados, uno de ellos delicado, otros solo con lesiones menores, resultado de diferentes eventos durante la contingencia.

Desde la madrugada del miércoles, reportaron los cuerpos de protección civil y auxilio la caída de un sinnúmero de árboles en diferentes puntos de la carretera federal desde Coscomatepec hasta Huatusco.

Durante el día pobladores de los municipios de Totutla y Tlaltetela pedían auxilio por la misma situación que mantenía muy ocupado al personal de Protección Civil de Huatusco, y la carretera federal hacía Conejos se reportaba con varios puntos bloqueada por los árboles caídos.


Con apoyo de policías municipales, el personal de protección civil de Huatusco cortaba los arboles con el uso de dos motosierras para mantener el flujo de la circulación de vehículos sobre la carretera federal.

Las dos brigadas de la secretaría de comunicaciones y transportes solo se ocupaba de arboles de menor tamaño a pesar de ser 20 personas entre ambas cuadrillas, dicho personal se negó a apoyar a limpiar áreas fuera de la carretera federal, argumentando que no les correspondía.
 
No escapó un solo municipio que no reportara cientos de viviendas destechadas, en recorrido por diferentes municipios se logró observar la desgracia que enfrentaban las familias más humildes, donde sus techos fueron arrancados por las garras del viento, dejando en total desamparo a las familias vulnerables.


Madres de familia con sus pequeños corrían despavoridas en busca de refugio, ninguna autoridad se hizo presente durante la contingencia, nadie se acercaba un día después de la tragedia a confortar a las familias afectadas.

Las láminas de las viviendas volaban como hojas secas sin ningún control, maderas y algunas rocas colocadas para contener los techos volaban como proyectiles en todas direcciones.

Algunas familias corrían detrás de sus láminas para tratar de recuperarlas con el riesgo de recibir un golpe de los objetos de todo tipo que volaban sin control.


Algunas personas, en plena contingencia trataban de contener sus techos con el riesgo de ser arrastrados con todo y techumbre, sin entender razones, un hombre de la colonia Reserva Territorial permanecía abrazado a las laminas de su vivienda para impedir que el viento las arrastrara.

Para colmo de males, la tarde del miércoles y durante la noche empezó a llover en la zona siniestrada, además de bajar significativamente la temperatura agravando el problema para las familias que carecían de un espacio para guarecerse durante la noche que pasaron en vela.

Al amanecer del jueves seguían sin probar bocado y aguardando la llegada de las autoridades que en la mayoría de municipios nomás no daban señales de querer aparecer para iniciar con las labores de reparación de viviendas y para brindar el apoyo necesario.


Al caer la tarde de este viernes no han sido emitidas cifras sobre el tamaño del desastre, no se ha informado cuantas viviendas sufrieron daños y de que cuantía, cuantos vehículos fueron dañados por la caída de árboles y otros objetos, etc.

Ningún ayuntamiento ha informado el total de cultivos afectados, cuantos arboles fueron derribados por la surada, pero sobre todo, si empezaron a brindar algún apoyo a las familias afectadas.

La tragedia dejó ver la magnitud de la vulnerabilidad del ser humano y la incapacidad de las autoridades para dar respuesta rápida a una contingencia, además de mostrar la ineptitud de los gobernantes al momento de tomar decisiones importantes.


De acuerdo a datos proporcionados por la CONAGUA este fenómeno fue un evento de grandes magnitudes que no se había presentado en el país, y que dejará un precedente por los datos que fueron recabados antes, durante y después del paso del mismo.


Fuimos testigos de un acontecimiento nunca antes visto y que sentará las bases para que los fenómenos meteorológicos sigan siendo estudiados con más interés para poder prevenir sus efectos.

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