El Columnista de Veracruz.blog.
Calcahualco, Ver.- La tarde del lunes el joven hijo del
alcalde de Calcahualco Nicolás Rivera logró escapar del lugar donde sujetos
desconocidos lo tenían privado de la libertad.
Se especula que el despliegue de las fuerzas policiacas
estatales, ministeriales y municipales en coordinación con el equipo de elite
anti secuestros, forzó a los secuestradores a abandonar al joven para escapar
del cerco policiaco.
La noche del domingo hombres armados lo secuestraran cuando
circulaba cerca del panteón municipal de Coscomatepec, donde
los plagiarios que
nadie pudo identificar le cerraron el paso a su vehículo para llevárselo con
rumbo desconocido.
Dos amigos que acompañaban al hijo del munícipe fueron
golpeados en el lugar del plagio, mismos que alertaron a la policía municipal
de Coscomatepec sobre los hechos.
Alertadas las corporaciones policíacas sobre el plagio,
se montó un fuerte operativo desde la misma madrugada del lunes que no paró
hasta que el joven plagiado llegó hasta su domicilio por su propio pie.
Temeroso con los ojos puestos en un solo punto y al mismo
tiempo alerta de todo lo que sucede a su alrededor, con todos sus sentidos al
máximo, con evidentes huellas en sus muñecas donde permaneció fuertemente atado
para evitar que se escapara, el joven narró minuto a minuto y paso a paso su
desgarradora historia que lo dejará traumado de por vida.
“La verdad nos fuimos a echar unas copas el domingo,
tenía tiempo que nos poníamos de acuerdo pero por una u otra cosa no podíamos
concretar la juerga”, narró el joven después de su escape; precisó que los dos
jóvenes con los que estuvo en el momento del plagio son su compadres.
Decidieron consumir unas botellas que tenían desde hace
tiempo y pensaron que sería un buen momento aquel domingo, las horas fueron
pasando y el alcohol se consumió, vagaban por calles y avenidas de Coscomatepec
evitando el contacto con las fuerzas del orden desplegadas por la jornada
electoral.
“Decidimos irnos a un lugar donde suponíamos no pasan los
polis, ya que si nos veían nos iban a encerrar por andar consumiendo alcohol”,
comenta que escogieron un lugar cercano al panteón municipal, en primer lugar
por la cercanía del lugar con la casa de uno de sus compadres y en segundo
porque es una zona habitada pero que carece de iluminación.
“No pasaron más de 30 minutos cuando un vehículo, parecía
un taxi se aproximó, de él descendieron no sé si tres o cuatros hombres
con pistola en mano en cuestión de segundos abrieron las puertas de la
camioneta, yo iba del lado del copiloto uno de mis compadres atrás y el otro
manejando, nos encañonaron y golpearon a mi compa el de atrás le abrieron la
cabeza y cayó al suelo sangrando quedo inconsciente”, dice en su recuento de
los hechos.
Con gritos empujones y amenazas el hijo del munícipe fue
llevado hasta el vehículo donde lo amarraron y encapucharon, “No sé cuánto
tiempo paso me iban gritando amenazando y golpeando hasta llegar a donde me
tuvieron encerrado tirado en el piso escuchaba a los cuates estos pero murmuraban
cuando ellos hablaban entre sí, cuando querían que los escuchara gritaban y me
amenazaban”, refiere en su narración.
Toda la noche paso el joven con la vida en un hilo, ya
que no sabía que podían hacerle de un momento a otro, menciona que pese a la
desesperación trato de guardar la calma, “Cuando amaneció ya no escuche tantas
voces solo pasos quedaba uno o dos, no hablaban”, dice mientras trata de hilar
sus traumáticos recuerdos aun frescos.
“Me amarraron en un principio con alambre me lastimaba
mucho las manos casi no las podía mover, les pedí que me aflojaran los amarres
solo sentí como se acercaron y me soltaron les pedí ir al baño pero jamás me
quitaron el trapo de la cara”, rememora sobre su cautiverio.
Recuerda que volvió a ser atado pero comenta que ahora
era tela con la que sus manos eran retenidas una contra la otra, “Me seguía
doliendo pero ahora menos, no paso mucho tiempo de eso supongo y deje de
escuchar pasos y voces empecé a hablar nadie contesto, me moví intentando
desamarrarme con temor pero nadie hizo nada pegue un par de gritos pidiendo
auxilio, logre liberarme las manos, la cara y los pies”, recapitula con cierta
emoción.
“Vi el lugar donde estaba, era una casa de madera
deteriorada no había nadie empuje la puerta y pude salir, corrí hasta encontrar
una carretera, estaba en una zona conocida busque a alguien que me pudiera
facilitar un teléfono para pedir ayuda”, menciona con cierto temor de lo que
informa.
Menciona que mientras caminaba se encontró a uno de sus
conocidos, quien al verlo inmediatamente lo trasladó hasta su casa
mientras hablaba por teléfono para que la policía lo auxiliara, el vehículo fue
interceptado y escoltado por los oficiales municipales en coordinación de
sus homólogos de la región.
Su casa fue fuertemente resguardada mientras esperaban el
arribo de la policía ministerial y el equipo anti secuestros para que tomaran
conocimiento y la declaración del, visiblemente afectado joven, después
interponer una denuncia formal contra quien o quienes resulten responsables de
la privación ilegal de la libertad.
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