viernes, 20 de noviembre de 2015

DENUNCIAN AL PRESIDENTE DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE VERACRUZ.

Huatusco, Ver.- La tarde de este viernes, personal del juzgado mixto de primera instancia de Huatusco, acudió ante la fiscalía de este distrito judicial para interponer la denuncia penal en contra del magistrado presidente del tribunal superior de justicia del estado de Veracruz, Alberto Sosa Hernández.


La denuncia fue entregada por los abogados Miguel Solís Rivera y Demetrio Hernández Arias, como asesores jurídicos de los agraviados, que en las próximas horas acudirán ante la fiscalía para ratificar el escrito de su denuncia, quedando radicada en la carpeta de investigación 505/2015.

La acusación, manifestaron los abogados, alcanza también a todos los magistrados que conforman el consejo de la judicatura del Estado, por los probables delitos de Incumplimiento de un Deber Legal y Omisión de Auxilio.

Los quejosos reprochan la falta de apoyo por parte del consejo de la judicatura el pasado miércoles cuando un grupo de manifestantes ocasionó destrozos a las instalaciones del juzgado, agredió al personal, les robaron celulares y otros objetos de valor, además de ser amenazados de muerte por parte de la turba que amenazaba con incendiar el juzgado con el personal en el interior.

Como se recordará, los manifestantes exigían la liberación de una mujer que había sido detenida acusada por el delito de despojo de un predio, juicio que había sido agotado en las diferentes instancias, lo que encendió los ánimos de vecinos de Coscomatepec que logaron finalmente liberar a la mujer, después de secuestrar al juez Adalberto López Pozos.

La denuncia en contra de los magistrados del poder judicial veracruzano tendrá seguimiento por parte del Licenciado Manlio Gustavo García Hernández, encargado del área jurídica del sindicato de trabajadores del poder judicial, indicaron los asesores de la parte agraviada.

Cabe destacar que el día de los hechos el personal del juzgado fue abandonado por las diferentes instancias superiores sin que les brindaran el apoyo para entablar algún dialogo con los inconformes que estuvieron desde la mañana en el juzgado y que finalmente terminaron por arremeter en contra del los querellantes.

Fue el propio presidente del tribunal superior de justicia, Alberto Sosa Hernández quien les ordenó vía telefónica que deberían permanecer en sus oficinas y resolver la situación, además de amenazarlos con levantarles acta por abandono de trabajo, si intentaban salirse del juzgado, revelaron los quejosos.

Se logró saber que el magistrado en mención emitió un severo regaño al juez amenazando con descontar un día de salario a todo el personal si abandonaban las oficinas o si el juzgado permanecía cerrado el día del ataque, además de abrirles proceso por desacato.

Asimismo, el magistrado exigió un escrito para justificar las dos horas de ausencia del personal dentro de las instalaciones endebles del juzgado, ya que por la mañana que se habían salido para evitar las agresiones que finalmente ocurrieron.

Es importante mencionar que en dichas oficinas, el personal está demasiado  expuesto debido a que la puerta de dicha institución es una cortina que fue fácilmente violentada por los facinerosos.

Como se recordará, luego del ataque, las amenazas y los desmanes cometidos por la turba durante varias horas desde antes del medio día, a las cuatro de la tarde los manifestantes sacaron a golpes y arrastrando al juez Adalberto López Pozos para mantenerlo secuestrado en contra de su voluntad por espacio de varias horas, mediando además la amenaza de prenderle fuego.

Todo lo ocurrido derivó en que la mujer que reclamaban los manifestantes fuera liberada del penal de la Toma y entregada al grupo, para poder de esa manera rescatar con vida al juez que tenían en su poder y que cada vez alejaban más del juzgado.

De acuerdo a lo revelado por los abogados que presentaron la denuncia en contra de Sosa Hernández, estos hechos sientan un mal precedente para las aplicación del estado de derecho, “inexistente”, dijeron, en la entidad veracruzana.


Con lo que sucedió, dicen los litigantes, cualquier grupo pretenderá en lo sucesivo tomar rehenes en los juzgados, secuestrar al personal y después negociar la salida de los detenidos para evitar el pago de una condena o sentencia.

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