miércoles, 3 de junio de 2015

RELLENO SANITARIO MAGNA OBRA DE ZAIRA OCHOA.

Huatusco, Ver.- En el predio conocido como La Víbora, 14 kilómetros adelante de la comunidad de Chavaxtla por un sinuoso camino de terracería, se encuentran los vestigios de lo que en su momento se anunciaba como una obra avanzada para darle solución al problema de la basura de Huatusco y la región.

Caminar los últimos metros para ingresar al sitio donde se
depositarían miles de toneladas de desechos por varios años, según promesa vendida en ese entonces por Zaira Ochoa Valdivia, representa todo un reto, el pastizal se elevó, se cayó y se volvió a levantar, durante los cinco años de abandono en el que se encuentra, informan campesinos de la región que fumigan sus cultivos de caña en los limites con el predio en mención.

Varios millones de pesos fueron invertidos, mas bien tirados a la basura, sin que dicha inversión cumpliera su cometido, la obra nunca se terminó y los recursos se perdieron en el olvido con el paso del tiempo, como se han extraviado muchos otros recursos de múltiples obras, que poco a poco iremos desglosando.

Al olvido también le apuestan políticos, como el grupo de Zaira Ochoa que una y otra vez, cuando no es en un partido es en otro, pero ella, su hermano Ulises Ochoa o su marido Isaac González buscan con afán algún cargo de elección en cada proceso electoral.

Solo ganó la alcaldía, después, ella y su hermano fueron derrotados en las urnas a la diputación federal y al marido incomodo le permitieron el pase los priístas, gracias a la postulación de un candidato sin credibilidad, pero esa es otra historia que reservaremos para otro mejor momento.

La obra del relleno sanitario fue motivo de fuerte conflicto que logró lo que pocas autoridades pueden conseguir, que varios alcaldes, lideres y cientos de vecinos se unificaran en un solo frente, en contra de la obra que gracias a la falta de planeación y a que se edificaba con materiales de pésima calidad fuera detenida.

Aun permanecen en el recuerdo de los vecinos y agricultores de esa zona donde el fuerte calor abraza y lo penetra todo, la reunión donde la presidenta municipal de aquel momento intentaba justificar lo injustificable, allí frente a las autoridades del medio ambiente, los campesinos le exigieron la obra como la había planteado meses atrás.

Mudo testigo de la fuerte discusión de aquella mañana de agosto es el viejo Caña Mazo que ofreció su sombra para la asamblea que iniciara con la llegada de docenas de vehículos de todo tipo cargados con campesinos procedentes de diferentes municipios de la región, para exigir parar definitivamente la obra si representaba una amenaza para sus cultivos.
En recorrido realizado recientemente al predio donde fuera edificada a medias la obra, se aprecia el abandono del lugar y el deterioro de los materiales utilizados, la plebe tenía razón.

La maleza lo cubre todo, y con su ayuda se ocultan los daños al erario público con las inversiones en obras no justificadas y los desvíos de recursos que no lograron su objetivo de impulsar las regiones y de solucionar problemas como el que se proponía con esta magna obra que sepultaría los desechos de la zona.

El problema estalló cuando los vecinos, algunos de ellos trabajadores en la obra del relleno, se percataron que los materiales que la constructora utilizaba no eran los adecuados y que, además, no reunían las especificaciones propuestas originalmente.

Desde las oficinas del palacio municipal le ordenaban a la constructora bajar costos y disminuir la calidad de los materiales para abaratar el costo de la obra, el diezmo debía ser cada vez mayor, según se logró investigar en aquellos días previos al estallido del conflicto.

En pocas horas los vecinos se organizaron y exigieron la presencia de Zaira Ochoa Valdivia, alcaldesa de ese momento, hoy flamante candidata del partido Movimiento Ciudadano, propiedad de Dante Delgado, para que explicara a fondo lo que estaba sucediendo.

Escoltada por numeroso grupo de policías vestidos de civil que ocultaban sus armas bajo la camisa suelta, la alcaldesa y su equipo de funcionarios intentaban acallar a la multitud que acorraló a la presidenta hasta llevarla a caminar en el interior de la plancha donde se depositarían cientos de toneladas de basura cada semana.

Allí, los enardecidos campesinos, arrancaban pedazos de plásticos y de la delgadísima capa de unicel que serviría de membrana para evitar la fuga de lixiviados, desenmascarada por el grupo y bajo la amenaza de impedir que se retirara, terminó por aceptar la decisión del personal de protección ambiental y salir literalmente huyendo.

A pocos años de permanecer en total abandono, dicho predio luce los estragos del olvidado, ruinas sobreviven a las inclemencias del tiempo; los agricultores colindantes recuerdan divertidos las escenas de la asamblea aquella y la graciosa huida de Zaira Ochoa que a pocos metros de la salida ocasionó fuerte accidente con saldo de varios policías municipales y dos reporteros lesionados.


Pero en el recuento de obras abandonadas de dicha administración municipal se encuentran también el edificio de la Universidad Politécnica de Huatusco, el edificio del CECYTEV, el palacio municipal que a pesar de ser utilizado aun le falta mucho para estar concluido en su totalidad.

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