Huatusco, Ver.- En el
predio conocido como La Víbora, 14 kilómetros adelante de la comunidad de
Chavaxtla por un sinuoso camino de terracería, se encuentran los vestigios de
lo que en su momento se anunciaba como una obra avanzada para darle solución al
problema de la basura de Huatusco y la región.
Caminar los últimos metros
para ingresar al sitio donde se
depositarían miles de toneladas de desechos por varios años, según promesa vendida en ese entonces por Zaira Ochoa Valdivia, representa todo un reto, el pastizal se elevó, se cayó y se volvió a levantar, durante los cinco años de abandono en el que se encuentra, informan campesinos de la región que fumigan sus cultivos de caña en los limites con el predio en mención.
depositarían miles de toneladas de desechos por varios años, según promesa vendida en ese entonces por Zaira Ochoa Valdivia, representa todo un reto, el pastizal se elevó, se cayó y se volvió a levantar, durante los cinco años de abandono en el que se encuentra, informan campesinos de la región que fumigan sus cultivos de caña en los limites con el predio en mención.
Varios millones de pesos
fueron invertidos, mas bien tirados a la basura, sin que dicha inversión
cumpliera su cometido, la obra nunca se terminó y los recursos se perdieron en
el olvido con el paso del tiempo, como se han extraviado muchos otros recursos
de múltiples obras, que poco a poco iremos desglosando.
Al olvido también le
apuestan políticos, como el grupo de Zaira Ochoa que una y otra vez, cuando no
es en un partido es en otro, pero ella, su hermano Ulises Ochoa o su marido
Isaac González buscan con afán algún cargo de elección en cada proceso
electoral.
Solo ganó la alcaldía,
después, ella y su hermano fueron derrotados en las urnas a la diputación
federal y al marido incomodo le permitieron el pase los priístas, gracias a la
postulación de un candidato sin credibilidad, pero esa es otra historia que
reservaremos para otro mejor momento.
La obra del relleno
sanitario fue motivo de fuerte conflicto que logró lo que pocas autoridades
pueden conseguir, que varios alcaldes, lideres y cientos de vecinos se
unificaran en un solo frente, en contra de la obra que gracias a la falta de
planeación y a que se edificaba con materiales de pésima calidad fuera
detenida.
Aun permanecen en el
recuerdo de los vecinos y agricultores de esa zona donde el fuerte calor abraza
y lo penetra todo, la reunión donde la presidenta municipal de aquel momento
intentaba justificar lo injustificable, allí frente a las autoridades del medio
ambiente, los campesinos le exigieron la obra como la había planteado meses
atrás.
Mudo testigo de la fuerte
discusión de aquella mañana de agosto es el viejo Caña Mazo que ofreció su
sombra para la asamblea que iniciara con la llegada de docenas de vehículos de
todo tipo cargados con campesinos procedentes de diferentes municipios de la
región, para exigir parar definitivamente la obra si representaba una amenaza
para sus cultivos.
En recorrido realizado
recientemente al predio donde fuera edificada a medias la obra, se aprecia el
abandono del lugar y el deterioro de los materiales utilizados, la plebe tenía
razón.
La maleza lo cubre todo, y
con su ayuda se ocultan los daños al erario público con las inversiones en
obras no justificadas y los desvíos de recursos que no lograron su objetivo de
impulsar las regiones y de solucionar problemas como el que se proponía con
esta magna obra que sepultaría los desechos de la zona.
El problema estalló cuando
los vecinos, algunos de ellos trabajadores en la obra del relleno, se
percataron que los materiales que la constructora utilizaba no eran los
adecuados y que, además, no reunían las especificaciones propuestas
originalmente.
Desde las oficinas del
palacio municipal le ordenaban a la constructora bajar costos y disminuir la
calidad de los materiales para abaratar el costo de la obra, el diezmo debía
ser cada vez mayor, según se logró investigar en aquellos días previos al
estallido del conflicto.
En pocas horas los vecinos
se organizaron y exigieron la presencia de Zaira Ochoa Valdivia, alcaldesa de
ese momento, hoy flamante candidata del partido Movimiento Ciudadano, propiedad
de Dante Delgado, para que explicara a fondo lo que estaba sucediendo.
Escoltada por numeroso
grupo de policías vestidos de civil que ocultaban sus armas bajo la camisa
suelta, la alcaldesa y su equipo de funcionarios intentaban acallar a la
multitud que acorraló a la presidenta hasta llevarla a caminar en el interior
de la plancha donde se depositarían cientos de toneladas de basura cada semana.
Allí, los enardecidos
campesinos, arrancaban pedazos de plásticos y de la delgadísima capa de unicel
que serviría de membrana para evitar la fuga de lixiviados, desenmascarada por
el grupo y bajo la amenaza de impedir que se retirara, terminó por aceptar la
decisión del personal de protección ambiental y salir literalmente huyendo.
A pocos años de permanecer
en total abandono, dicho predio luce los estragos del olvidado, ruinas
sobreviven a las inclemencias del tiempo; los agricultores colindantes
recuerdan divertidos las escenas de la asamblea aquella y la graciosa huida de
Zaira Ochoa que a pocos metros de la salida ocasionó fuerte accidente con saldo
de varios policías municipales y dos reporteros lesionados.
Pero en el recuento de
obras abandonadas de dicha administración municipal se encuentran también el
edificio de la Universidad Politécnica de Huatusco, el edificio del CECYTEV, el
palacio municipal que a pesar de ser utilizado aun le falta mucho para estar
concluido en su totalidad.
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