COMAPA Y SU FORTIN.
Lic. Miguel Ángel Flores Rodríguez.
Comapa, Ver.- Aun cuando está plenamente aceptado que Comapa
proviene de la toponimia náhuatl comitl=olla y apan= rio y que su significado
sería simplemente “En el río de las ollas” no está por
demás intentar una
acepción más que provendría también del náhuatl “comalli”, disco de barro
cocido, ligeramente cóncavo que se usa para cocer las tortillas de maíz y
entonces el nombre de Comapa se traduciría por “En el rio de los Comales”
Como
sea, ambas acepciones nos dan información sobre la antigüedad de este lugar y
nos indican que es un lugar que fue habitado desde tiempos muy remotos.
El municipio de Comapa posee una superficie muy amplia y en su
extenso territorio guarda misterios y secretos que los más aviesos exploradores
y aventureros ansiarían descubrir.
Hoy me referiré a un sitio que por sí mismo
vale la pena para atreverse a realizar una visita a este interesante Municipio,
me refiero al enigmático Fortín de Comapa.
En la Barranca de Comapa, en el vacío que se forma precisamente
entre la cabecera municipal y el pueblo denominado Victoria del Municipio de
Sochiapa, se levanta una fortaleza natural que surge desde el fondo del
barranco y alcanza la misma altura de los territorios que acabo de mencionar,
este lugar es conocido como Fortín de Comapa.
El nombre no es difícil de explicar, por sus características
naturales es una fortaleza inexpugnable por cualquiera de sus caras y la
posición estratégica permite realizar una vigilancia hacia cualquier punto de
la tierra firme.
Dicha situación no pasó desapercibida para los hombres de la
antigüedad totonacos después dominados por los aztecas quienes construyeron
sobre su cima una ciudadela cuyas ruinas aun se pueden apreciar, deterioradas por
el tiempo y saqueadas por arqueólogos aficionados y aventureros aun se
mantienen de pie algunos de sus muros y edificios.
De las diversas entrevistas que he tenido con personas que
conocieron el sitio hace muchos años he logrado conocer algunas historias que
sobre el lugar se cuentan, fantásticas algunas, otras apoyadas en la realidad.
Me dijeron, por ejemplo, que allá por los años cincuentas del siglo
pasado llegaron al municipio algunas personas que se hicieron pasar por
investigadores de Antropología, que apoyados por personal del Ayuntamiento
realizaron una serie de excavaciones y sustrajeron una buena cantidad de
materiales arqueológicos, grandes ollas, ídolos y figuras de piedra y un objeto
que llamo mucho la atención lo fue una serpiente enrollada esculpida en piedra.
Todos esos materiales fueron sacados fuera del municipio con el
pretexto de que serían exhibidos en un museo de Xalapa, aunque a decir verdad,
nadie los volvió a ver.
Se cuentan cosas misteriosas acerca del Fortín, un señor me refirió
que con frecuencia iba a cortar pasto para sus animales y que más de una vez le
toco ver como de la parte superior de la fortaleza, al anochecer, se desprendía
una luz brillante que se elevaba hasta el cielo.
También me contaron que grandes ídolos de piedra, que estaban
ubicados como guardianes alrededor de la ciudadela, fueron lanzados al vacío de
los barrancos, seguramente, si se hiciera una exploración concienzuda a lo
largo de los ríos que circundan al Fortín nos llevaríamos agradables sorpresas.
El lugar ha llamado la atención tanto a vecinos como ajenos y ha
sido visitado en incontables ocasiones, alguna vez pude ver un video que fue
tomado en algunas de las cuevas que existen en los acantilados y pude apreciar
una serie de dibujos y petroglifos que seguramente bien interpretados alguna
información nos darán sobre ese lugar.
Pero el lugar está lleno de historia más reciente ya que durante la
guerra de independencia, dicho Fortín sirvió de refugio a uno de los más
insignes insurgentes y que a la postre sería el primer presidente de la
República, me refiero nada menos que a don Guadalupe Victoria.
Efectivamente, don José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix
llego a la región de Huatusco en el año de 1814 un poco después de la ruptura
del sitio de Coscomatepec, como bien lo dijo don Lucas Alamán, muy pronto se
hizo a las formas de los hombres de la tierra caliente y transitaba por estos
parajes en sus constantes recorridos hacia Acazónica y Puente del Rey.
El padre Correa dejo consignado en uno de sus escritos que fue
precisamente en Acazónica donde adoptó el nombre de Guadalupe Victoria y el
pueblo que se localiza en uno de los lados de la barranca se denomina
precisamente Victoria, en su honor, porque el trayecto que en ocasiones seguía
el caudillo era cruzando la barranca por esa población y saliendo en el otro
extremo al pueblo de Comapa.
Cuenta la historia que en el año de 1818, cuando parecía que la
guerra de independencia había fracasado, don Guadalupe Victoria reunió a sus
capitanes y soldados aconsejándoles que se asumieran al indulto que otorgaba el
rey, pero que él jamás se entregaría a las manos de sus enemigos y entonces
tomó la determinación de esconderse en el monte.
Y así fue, durante 30 meses, se ocultó en los bosques y malezas y
muchos habitantes de la región aseguran que el Fortín de Comapa era uno de los
sitios donde se ocultaba, allí, en el Fortín, todavía es posible localizar una
cueva donde al parecer era una de sus guaridas, dicha cavidad tiene practicada
al fondo una ventana que se asoma al vacío y que permitía vigilar los
movimientos de las personas que bajaban por el lado de Sochiapa, mientras que
al frente tiene suficiente visibilidad para observar los movimientos del lado
de Comapa. Cuentan que en ese lugar se localizaron una buena cantidad de armas
antiguas.
Fortín de Comapa, sitio obligado de visita para historiadores y
aventureros, si se anima vaya con precaución ya que se encontrara con terrenos
quebrados, barrancos profundos, alimañas y si, tal vez lo más temible, víboras
venenosas.
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